Falsificación y terrorismo



En la mayoría de las principales ciudades del mundo, existe una economía sumergida activa y altamente rentable en bienes de consumo ficticios, que se estima que genera más de $ 500 mil millones al año. Si alguna vez te topaste con el Callejón falso en el centro de Manhattan, ya has visto uno de los mercados falsificados más grandes del mundo.

Si bien muchos de nosotros pasamos nuestras horas de vigilia anhelando las últimas creaciones de moda de nuestros diseñadores favoritos, muchas personas compran artículos de imitación o falsos sin apreciar las consecuencias.

Hace poco leí un libro llamado Knockoff, escrito por un hombre llamado Tim Phillips. Fue una lectura perspicaz, con una serie de ideas interesantes y a menudo inquietantes presentadas. Me ha interesado especialmente la sección que ha dedicado al comercio de artículos de lujo falsos, como bolsos de diseño. Hoy en día, parece que no puedo ir a ningún lado sin ver a alguien con un bolso falso de Prada o Gucci. Personalmente, siempre he resistido la necesidad de comprar un bolso falsificado. Evité la tentación principalmente porque tal acción solo socava una industria de la que me he enamorado cada vez más. Si consideramos el precio de algunos monederos de alta gama, no es sorprendente que algunas personas compren productos falsos.

Lo que lo sorprenderá es el descubrimiento de que su dinero respalda futuros ataques terroristas en Estados Unidos y en el extranjero. Este libro ha confirmado mi creencia en apoyar negocios legítimos. ¿Alguna vez ha dejado de saber a dónde iba el dinero cuando gastó en productos de consumo falsificados? Este libro le proporcionará información aterradora. El mercado negro de bienes de consumo falsificados proporciona recursos increíbles a las organizaciones criminales, y estas organizaciones ciertamente no se preocupan por el interés público.





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